Es fundamental dar apoyo en una situación de pérdida de funciones psicofísicas en los siguientes aspectos:
- Priorizar los casos recientes, por ser más detectables y más susceptibles a las iniciativas de prevención primaria e informar de recursos sociales.
- Identificar o designar un cuidador familiar (se ocupa directamente del enfermo) y un cuidador de enlace (es el intermediario con los profesionales). Una misma persona puede realizar ambos papeles.
- Implicar al paciente en el plan de cuidados globales, participando y comprometiéndose en su autocuidado, con el objetivo de favorecer la autonomía y mejorar la autoestima.
- Facilitar información sobre la situación, las repercusiones de la pérdida y el proceso de duelo, explicando qué es lo que se puede lograr. Deben valorarse también los cambios previsibles en la situación laboral, familiar y el nivel de dependencia que la pérdida puede suponer.
- Apoyar los cambios que el paciente ha de realizar en su escala de valores.
- Programarse objetivos alcanzables y bien delimitados para poderlos supervisar o evaluar con posterioridad.
- Favorecer el contacto con las redes de apoyo mutuo, con la red asistencial «profana» y con las asociaciones especializadas.
- Facilitar información de la situación en una entrevista familiar o con los miembros de la familia que vayan a tener que soportar el peso fundamental de la situación.
- En algunas entrevistas conviene favorecer la expresión de sentimientos, pensamientos y fantasías del paciente, así como (en privado) del cuidador principal, procurando acoger y explicar dichas manifestaciones y sus formas de expresión y canalización más adecuadas
- Favorecer la existencia de un tiempo de descanso para el cuidador familiar.